Hoy como ayer

Hago un pequeño inciso en las Misantropías para celebrar los cinco añitos que cumple «Hoy como ayer», nacido, como no, en la tierra árida de noviembre.

Un pequeño recorrido de menos de veinticinco minutos por los sonidos setenteros de la música negra convertido en el más puro rap. Con la producción de FM Beats surgió este casi inesperado EP nostálgico y solemne que hoy sopla un lustro de velas; al que le dedico un pequeño homenaje para seguir con rumbo fijo al presente.

Recordad que aún lo podéis descargar en BandCamp:

¡Salud y libertad!

Misantropías (4)

Llegó el día de desvelar lo que con tanto recelo me ha pertenecido a mí casi exclusivamente durante estos años. Y ahora, de golpe, salgo por la puerta desnudo a que los ojos se claven en mí, sin más protección que un colchón musical que amortigüe los golpes. Y pienso en sí, a pesar de toda la emoción del camino, llegar a la meta era lo que quería.

En cualquier caso, aquí está. Nace hoy, en noviembre, como todos sus hermanos. Y es el primero que nace con cuerpo físico. Sé que tal vez llegue tarde, porque el CD apenas tiene sentido hoy en día. Yo no tengo lector de CD en casa; pero sigo comprando discos, por puro coleccionismo. Para que los vean las visitas, como dice aquél. Es la mejor manera que tengo de entregarte algo mío que sea palpable y que puedas recordar. No sabía qué precio poner. Le di vueltas, contando los costes de producción, la tajada que se lleva PayPal, los envíos. Finalmente costará 5€. Para que —como dice el otro— no podáis decir que no compráis música porque la droga es más barata. Firmaré todos los que me pidáis.

La versión digital será, no obstante, gratuita. Primero, para que los que compran el CD tengan acceso al disco en todas partes donde lo quieran poseer. Segundo, porque creo en la cultura libre. Tercero, porque prefiero darte yo el producto a que lo consumas adulterado. Y cuarto, porque también puedes ayudarme haciendo una donación si lo deseas.

En fin. Basta de charla. Lo encontraréis en la recién estrenada Tienda de mi página. Gracias a todos los que habéis estado animándome y apoyándome por el medio que fuere. De verdad, gracias. Espero que podáis sacar tiempo para escucharlo detenidamente y que pueda haceros sentir algo. De eso es de lo único que se trata.

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Música:

Luisoko: Como un clavo, Libre, Tráeme la batalla.
King Loops: Crimen, El último mono (2).
WA Production: Mi nombre en el ritmo.
Fox Samples: Tarareo, Y punto.
Strategic Audio: Buscando algo, Nada cambia.
Samplephonics: Ciudades.
Urbanistic: El último mono (1).
Big Fish Audio: Ella lo quería.
Kryptic: Personajes.
El Marionetista: Premonición, Después de todo.

Voces invitadas:

Bea: Libre.
Txema Fonz (Somas Cure): Tráeme la batalla.
Tamara: Después de todo, Ella lo quería.
Luisoko: Después de todo, Nada cambia.

Voz, letra, mezcla y diseño: Johan Cladheart.
Masterización: Luisoko.
Fotografía: Fernando Suárez.

Misantropías (3) 15/15

Para hacer más llevadera la espera —la mía, al menos—, subiré un adelanto del disco cada día con pequeños fragmentos de las canciones. Para no crear muchas entradas, iré editando ésta, añadiendo un vídeo diario hasta llegar a los quince que conforman el disco. Tan sólo son pinceladas, trazos que pueden hacer imaginar un cuadro. Espero que los puedan disfrutar. Gracias.

7-11-16. Ésta es la primera, se llama «Crimen» y desde el principio fue concebida para ser la introducción del trabajo. ¡Salud y buena semana!

8-11-16. ¡Buenos días! El segundo tema se llama «Nada cambia», y es que, a pesar de que todo luce tan distinto, parece que no cambiamos en realidad, ¿verdad?

9-11-16. ¡Vamos con el tercer avance! El tema se llama «Mi nombre en el ritmo» y está hecho para eso, para que mi nombre resuene en tus altavoces. Fue una de las cosas que más me llamó la atención del rap cuando era crío. ¡Los artistas hablaban de ellos mismos en sus canciones! Por eso estoy aquí hoy. Para dejar mi nombre en el ritmo.

10-11-16. Ahí va la cuarta entrega: «Libre». ¿Que si me ha dado por cantar? ¡Quién sabe! La que sí canta, y de qué manera, es Bea, que tuvo a bien regalarme su voz para este tema. La guitarra y la producción corren a cargo de Luisoko.

11-11-16. La quinta sinfonía discurre sobre un colchón de funk a 115 bpms. Se llama «Tarareo». ¿Qué tal suena?

12-11-16. La sexta se llama «Como un clavo», y es una historia de amor un poco particular. El ritmo, de nuevo, es de Luisoko, ¿alguien adivina de dónde sale el sample?

13-11-16. La séptima se llama «Buscando algo». En ocasiones me veo buscando sin saber qué; quizá algo que no esté inventado. A veces, es necesario buscarse a uno mismo para saber qué buscar. Otras, no sabes por qué estás buscando. Pero no podemos dejar de intentarlo. Ha quedado claro, ¿no?

14-11-16. ¡Hola! «El último mono» es la octava sinfonía de «Misantropías». Le tengo un cariño especial, es uno de los primeros poemas que escribí respetando métricas y ritmo, y he podido convertirlo en canción. Espero que puedan sentirlo.

15-11-16. ¡Seguimos para bingo! Ésta se llama «Después de todo», y habla de un amor no correspondido. ¿A quién no le ha pasado? El ritmo es de ElMarionetista. ¿Os suena el sample?

16-11-16. Ésta es la más oscura. La más «hardcore», la más ortodoxa en lo que a rap se refiere. Siempre intento que todos mis trabajos tengan al menos un tema así, aunque sólo es posible cuando la inspiración baja a verte y puedes escribir antes de que se vaya. Se llama «Premonición» y el ritmo es de nuevo de ElMarionetista Beats.

17-11-16. «Tráeme la batalla» es la decimoprimera creación y el musicón es de Luisoko. La voz que me acompaña, ¿de quién será? ¿Os suena? Una pista: tuve que llevar a reparar el previo de micrófono después de que viniera a grabar. ¡Qué torrente, Txema Fonz! ¡Huy! Ya lo he dicho…

18-11-16. Aquí me muevo entre registros de acid-jazz para hacer de un pequeño relato una canción. «Ella lo quería» es el tema. ¿A quién será?

19-11-16. Hay que reconocer que los personajes de ficción, al final, tienen influencia sobre nosotros en mayor o menor medida. En «Personajes» he querido rendir un pequeño homenaje a algunos de ellos. No están todos los que son ni son todos los que están, pero seguro que reconoceréis a la mayoría.

20-11-16. ¡Último día de adelantos! La penúltima se llama «Ciudades». Es un canto de huída, un paisaje tranquilo por el que divagar y escapar del ruido y el aire contaminado. Adelante, seguro que os sienta bien.

20-11-16. Y hasta aquí, señoras y señores. Esto es lo que hay. Es lo que hago. Es mi puño letra. No le busquen medias tintas ni explicaciones. No las hay. Es lo que hago «Y punto». A partir de mañana, Misantropías a la venta en formato CD o descarga digital gratuita. Desde hoy podéis escuchar «Crimen» completa en la sección de discografía de la web. ¡Gracias a todos por estar ahí!

No querrán oírme

Parece mentira, pero el primogénito ya es un abuelo. Hoy hace siete años que publiqué «No querrán oírme». Tal vez sea un buen día para viajar en el tiempo…

Es como si hubiera pasado un siglo entero desde entonces y a la vez hubiera ocurrido ayer. Tal vez el tiempo sea así, una mera cuestión de perspectiva.

Recordad que aún lo podéis descargar en BandCamp:

¡Buen fin de semana, gentes y gentas!

Misantropías (2)

Sólo nos separa la burocracia. Misantropías está listo, pendiente de lo rápido que pueda ir esa molesta tortuga que a todo le quita la magia. Entre tanto puedo ofrecerles la portada y la lista de canciones. Desvelaré muy pronto las colaboraciones y subiré fragmentos de los temas para que sepan a qué atenerse.

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La fotografía corre a cargo de Fernando Suárez y las críticas al diseño deberían ir dirigidas a mí. No se vayan muy lejos, que pronto habrá más información. ¡Gracias a todos por el apoyo!

Misantropías

Está hecho. Las mezclas de mi nuevo disco ya están viajando por el ciberespacio hasta Sevilla, donde Luisoko se encargará de la masterización. De momento, van diecinueve temas de los veintimuchos que había, y supongo que alguno de ellos no hará el viaje de vuelta. Otros, más deseados, se hicieron los remolones hasta perder el tren definitivamente. Quién sabe si para la próxima vez.

Ha sido —y sigue siendo, porque aún queda tela por cortar— un arduo proceso de años, con temas metamorfoseados hasta el extremo, de tal modo que muchos de ellos pudieron ser otra cosa muy diferente unos meses atrás. Rotos y descosidos. Ahora siento la necesidad de publicarlo tan sólo para sentirme vacuo y borrar el disco duro. Para empezar de cero, o no empezar nunca más. Se ha convertido en un peso que necesito soltar en lugar de un globo de ilusión que espera ansioso a que alguien suelte su cuerda.

Si echo la vista atrás, son cinco los años de silencio, a salvedad del proyecto DEAD y de los sencillos de «Interactive trips». Algunos ya estaban escritos por entonces, preparados para un segundo asalto de Luisoko & Johan que nunca se llegó a dar. Todos tuvieron que transformarse o morir. De hecho, hay pocos temas recientes. Es una de las razones de soltar lastre: era incapaz de crear cosas nuevas con tanto trabajo pendiente. La búsqueda de ritmos ha sido extenuante. Decidí dejar de crear música propia para no volverme loco, y, bueno… al final me vuelvo loco igualmente; no tengo remedio.

El caso es que, al ver que aquello no salía, opté por trabajar en solitario con esas canciones huérfanas. La idea primigenia dista mucho de la realidad. Se iba a llamar «Perro viejo, perro verde», e iba a constar de dos partes diferenciadas. «Perro viejo» incluiría nuevas versiones de canciones antiguas y «Perro verde» contendría las canciones nuevas. Se me ocurrió hacer un proyecto abierto, compartiendo todas las pistas de las canciones. Tengo varios amigos músicos, y me pareció buena idea crear un proyecto en el que todos pudieran participar. No salió. La idea fue muy bien recibida, pero, por h o por b, no cuajó. Segundo fracaso. Las canciones volvieron a su cajón.

Un día, casi por accidente, los volví a escuchar: tenía que salvar algunos muebles. Y de ahí en más, como dicen en la Argentina, aquello se convirtió en una búsqueda obsesivo-compulsiva de ritmos y pruebas, grabaciones, descartes, rectificaciones, listas, cambios y escritura. Un proceso que es infinito, y que lo seguiría siendo si no hubiera decidido asestar un buen hachazo a ese prepotente ocho tumbado. Se acabó. No más vueltas. Al menos para esto, que, por cierto —casi lo olvido—, se llamará «Misantropías».