Como sabéis, «Misantropías» es una obra a la que he dedicado incontable tiempo y esfuerzo, además de costosos recursos materiales. En paralelo, un artista al que admiro y respeto me pidió grabar su próximo trabajo en mi humilde estudio, lo cual recibí con gusto. En cuanto hubo posibilidad, le abrí las puertas de mi casa para que me comentara su proyecto y planear las grabaciones. Me habló con orgullo e ilusión de su obra y trazamos un plan a seguir. Le aconsejé lo mejor que supe. También le hablé en confianza de mi nuevo trabajo y él se mostró ansioso por tenerlo en sus manos.

Comenzamos a grabar. Saqué tiempo de donde no lo había, dejando mi obra en segundo plano. Aporté todos mis conocimientos y profesionalidad para mejorar su trabajo, incluso acepté colaborar como MC en uno de sus temas de buen grado. Grabamos temas que yo ya había oído en directo y otros desconocidos para mí. Ambos estábamos contentos con el resultado y el cariz que tomaba su obra y agradeció sinceramente mi aportación a la misma.
Todo marchaba sobre ruedas, pero un día empezó a rapear un tema que me resultaba fatídicamente familiar. Seguí la grabación con profesionalidad y cuando acabamos se mostró eufórico imaginando cómo quedaría cuando añadiéramos todos los samples y efectos que necesitaba. Pero esa vez no compartí la euforia.

Finalmente, notó mi frustración y le comenté que no estaba cómodo trabajando en esa canción, porque había usado la misma idea que yo había utilizado en mi tema «Personajes». Para los que no lo hayan oído, en él repaso los nombres de muchos de los personajes de ficción que me han influenciado y él no sólo tenía el mismo concepto, sino que algunos de los nombres coincidían también. Se mostró airado y me dijo que yo no había inventado nada y que era imposible que hubiera plagiado un tema que no había escuchado. Si bien es cierto que yo nunca le mostré el tema directamente, a él tenían acceso sus compañeros de grupo de Margen De Error, con los cuales colaboro en el proyecto DEAD. Como os imaginaréis, su relación es muy estrecha.

La discusión fue in crescendo y acabó saliendo de mi casa con malas maneras. Intenté retomar el contacto con varios mensajes, ofreciéndome para firmar la paz de algún modo, pero sólo encontré evasivas. Días más tarde me pidió la copia de todo lo que habíamos grabado. Yo le dije que no quería compartir mis métodos de trabajo —plantillas, automatizaciones y diseño sonoro— así como así, pero de cualquier forma me ofrecí a enviarle las pistas de audio, excluyendo la del tema en cuestión.

No he vuelto a haber ningún acercamiento. Sentía la necesidad de limpiar y defender mi trabajo ante posibles acusaciones de plagio, ya que, aunque mi trabajo se publicó antes, él cuenta con un público más amplio que el mío. Desconozco si ahora está retomando su proyecto en otro estudio.

Con este comunicado no busco polémica ni protagonismo; me he visto obligado a prevenir antes que curar saliéndo al paso de cualquier malentendido que se pudiera generar. No es plato de buen gusto. Lo estoy pasando mal y me duele tener que escribir estas líneas. Espero que se entienda el trasfondo de las mismas y la voluntad que quiero mostrar.

Las puestas de mi casa están abiertas y espero con sinceridad que todo acabe en un abrazo y que su obra sea un éxito. Con sinceridad lo digo. Espero que todo se aclare y se olvide lo antes posible.

Johan Cladheart.